Jóvenes enmascarados prendieron fuego el miércoles en Irlanda del Norte a un centro de ocio que había estado acogiendo a familias migrantes, pero la tercera noche de violencia antinmigración fue de menor escala en Ballymena, principal foco de tensión. La violencia estalló el lunes, después de que dos chicos de 14 años fueran detenidos y comparecieran ante el tribunal, acusados de una grave agresión sexual a una adolescente de la ciudad. Los cargos fueron leídos a los adolescentes a través de un intérprete rumano, cuyo abogado dijo al tribunal que negaban la acusación, informó la BBC.
En los actos de violencia más intensos del martes, cientos de manifestantes enmascarados atacaron a la policía e incendiaron casas y coches en Ballymena, en lo que la policía condenó como “matonismo racista”. El miércoles, una multitud más reducida lanzó piedras, pirotecnia y cócteles molotov contra la policía, que respondió con cañones de agua. Nueve agentes resultaron heridos, ninguno de gravedad, lo que eleva a 41 el número de heridos desde que comenzó la violencia, según informó la policía en un comunicado. Añadieron que se había lanzado un hacha contra las líneas policiales durante los disturbios.
Vista de un retén policial instalado ante los manifestantes.
Sin embargo, a 30 kilómetros al este, en Larne, jóvenes enmascarados rompieron ventanas y provocaron incendios en el vestíbulo de un centro de ocio al que se habían trasladado brevemente las familias cuyas casas habían sido atacadas en Ballymena, según las autoridades. Mujeres y niños participaban en clases de natación y ejercicio cuando comenzó el ataque y tuvieron que ser evacuados por la salida de incendios, dijo una mujer que se encontraba en el centro en ese momento. La multitud actuaba “como animales rabiosos”, dijo la mujer, que no quiso dar su nombre.
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Las familias habían sido trasladadas en el momento del ataque, pero en la ciudad corría el rumor de que el centro de ocio iba a utilizarse para alojar a personas de forma permanente, según dijo a la BBC Gordon Lyons, ministro de Comunidades de Irlanda del Norte. Lyons fue muy criticado por publicar en Facebook que varias personas habían sido trasladadas temporalmente al centro de ocio. Lyons condenó los ataques al centro como “despreciables” y dijo que estaba intentando acallar los rumores.
La policía está investigando los daños causados a propiedades el lunes y el martes en Ballymena, una ciudad de 30.000 habitantes que cuenta con una población inmigrante relativamente numerosa, como delitos de odio racial. Tres adolescentes han sido acusados de disturbios por la violencia del martes y otras seis personas han sido detenidas, según la policía.