Ramesh Viswashkumar, ciudadano británico de 40 años, pasajero del asiento 11A, junto a la salida de emergencia, es de momento el único superviviente de la peor catástrofe aérea de la India en casi tres décadas. Los 229 pasajeros restantes y los 12 tripulantes del vuelo AI171 de Air India habrían fallecido por el impacto del Boeing 787-8 Dreamliner contra un edificio, menos de un minuto después del despegue en Ahmedabad. La explosión de los depósitos -a tope para un vuelo intercontinental- ha provocado también decenas de víctimas en el albergue de estudiantes de medicina que ha sufrido el impacto directo.
El avión despegó a las 13.39, hora local, con destino Londres-Gatwick. Sin embargo, apenas rebasado el perímetro del aeropuerto Sardar Vallabhbhai Patel, en lugar de continuar su ascenso, descendió suavemente hasta estrellarse contra el primer edificio de una cierta altura, provocando un incendio dantesco.
“Hay supervivientes”, afirmó Air India, con el rescate apenas iniciado. Pero algunas horas mas tarde, el comisario jefe de Ahmedabad, G.S. Malik, echaba un jarro de agua fría. “Todavía no hemos encontrado a nadie vivo”. Hablaba, por el contrario, de ”204 cadáveres recuperados”, además de ”41 hospitalizados”. Estos últimos, víctimas colaterales del accidente, excepto el citado Viswashkumar, que viajaba en el avión, según se descubrió luego. El alivio de este, por cierto, está lejos de ser completo, ya que ha perdido a su hermano Ajay.
Un par de horas antes, el ministro indio de Sanidad había preparado el terreno avisando de que había “muchos muertos” y que se habían recuperado ya “treinta cadáveres” en uno de los edificios.
Fallecidos en el barrio
La policía confirma que habría ya 290 muertos, 50 más que la suma del pasaje
Entre los pasajeros fallecidos, 169 son indios, 53 británicos, 7 portugueses y 1 canadiense. En total, según la policía, la cifra de fallecidos alcanzaría ya los 290, sumando las personas que iban en el avión y las víctimas de tierra.
El siniestro es el primero de carácter mortal para el Boeing 787-8 Dreamliner. Un avión moderno de gran capacidad que hasta ahora parecía al margen de los problemas técnicos que han afectado a otros modelos de la multinacional estadounidense, como el 737 Max. Como resultado, las acciones de Boeing bajaban más de un 5% en bolsa antes del cierre de la sesión.
Según fuentes aeroportuarias, el piloto habría mandado una señal de socorro segundos después del despegue, pero las preguntas de la torre de control no obtuvieron respuesta. Ya se había desplomado sobre un barrio popular limítrofe con el aeropuerto. Concretamente, sobre la citada residencia del BJ Medical College, donde estudiantes y médicos estaban almorzando cuando uno de los mayores aviones de pasajeros del mundo irrumpió literalmente por la ventana, convirtiéndose en una bola de fuego. La cola y el morro empotrados en el edificio dan fe de ello. De inmediato se hizo un llamamiento a donar sangre -algo a lo que los indios son bastante reacios- pero a última hora del jueves se confirmaba que varios de ellos han muerto a causa de sus heridas.

Los bomberos en acción en una área calcinada por las llamas, después de que el Boeing 787 se estrellara tras mandar una señal de emergencia a la torre de control
No se sabe todavía la causa de la catástrofe, pero tal como se aprecia en vídeo, la aeronave se había elevado menos de 130 metros durante el despegue, antes de planear y descender, en un posible fallo simultáneo de ambos motores que descoloca a los expertos. La espesa nube de humo negro resultante del choque contra el barrio de Meghani Nagar era visible desde la cercana terminal aérea y desde mucho más allá.

El avión de Air India que se ha estrellado con 242 pasajeros al poco de despegar
La proximidad del aeropuerto internacional permitió una respuesta de emergencia ágil, pero los bomberos poco pudieron hacer ya para salvar pasajeros. Rescatistas de Gandhinagar y Baroda se unieron a los esfuerzos.
Mientras tanto, todos los vuelos con origen o destino en Ahmedabad fueron suspendidos o desviados. Dicho sea de paso, Vijay Rupani, anterior jefe de gobierno de Guyarat, también se cuenta entre los fallecidos.

El avión de Air India se empotró en un edificio de Ahmedabad, como muestra la cola del Boeing 787.
Ahmedabad es la mayor ciudad de Guyarat, estado natal del primer ministro indio, Narendra Modi. Su mano derecha, el ministro del Interior, Amit Shah, también guyaratí, es quien coordina la emergencia. Este estado costero, de tradición mercantil, se encuentra en el noroeste de India, bordeando Pakistán.
Sobre el origen de la catástrofe, todas las hipótesis están sobre la mesa, con especial atención a un fallo técnico o humano. El piloto indio, en todo caso, sumaba miles de horas de vuelo. No así el copiloto. Pero el dolor provocado y la montaña de incógnitas -solo inferior a la montaña de posibles indemnizaciones- traerán cola.
Desde EE.UU., el Organismo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha anunciado que mandará un equipo a India “para prestar asistencia en la investigación”. Miles de millones de dólares están en juego. En el otro gran accidente aéreo de los últimos seis meses, en que 179 personas fallecieron en Corea del Sur cuando un Boeing 737 de Jeju Air no desplegó el tren de aterrizaje -antes de estamparse contra un muro- Boeing se llevó las cajas negras a EE.UU., solo para descubrir que los últimos cuatro minutos del vuelo se habían borrado.

Uno de los edificios dañados por la explosión del tanque de combustible del Boeing Dreamliner, cerca del aeropuerto de Ahmedabad
Cabe añadir, por último, que fuentes diplomáticas lusas reconocen que los pasaportes portugueses de los pasajeros fallecidos corresponderían a oriundos del antiguo Estado Portugués de la India o sus descendientes, con derecho a solicitarlo (aunque India les obliga entonces a renunciar al pasaporte indio). Además de Goa, la India portuguesa incluía los enclaves de Damán y Diu, en la costa de Guyarat. El objetivo de muchos de estos solicitantes no es instalarse en Portugal, sino en el Reino Unido, como al parecer sería el caso de los afectados, ya que varios de ellos tendrían también pasaporte británico, según Lisboa.
(Arriba, un vídeo del superviviente, que saltó del avión)
Un extraño accidente
Air India, una aerolínea que lo ha visto todo
“Treinta segundos después del despegue hubo un fuerte ruido y luego el avión se estrelló. Todo fue muy rápido”, asegura Viswashkumar, el único superviviente confirmado (podría haber otro). Declaración desde la conmoción, de alguien con heridas en el pecho, los ojos y los pies, que inconscientemente dará pábulo a teorías conspirativas en la multitud de canales indios de noticias cuajados de tertulianos, activos las 24 horas de día.
Lo cierto es que Air India ya lo ha visto todo. Nacionalizada en los cincuenta por Nehru, fue privatizada nuevamente a principios de la presenta década, siendo recomprada por el mismo grupo Tata que la había fundado. Al saltar la noticia de que un avión de Air India se había estrellado, a más de un indio se le han puesto los pelos de punta, cuando apenas ha transcurrido un mes desde el último duelo bélico -en gran parte aéreo- con Pakistán. La aerolínea fue en el pasado diana de secuestros -como el avión de su gemela, Indian Airlines, que despegó de Katmandú y terminó en Kandahar- así como atentados, como en el vuelo entre Montreal y Londres, que el secesionismo sij voló por los aires en 1985 con 329 personas a bordo.
Para más inri, hasta el viernes pasado Narendra Modi no recibió la invitación del nuevo primer ministro de Canadá para asistir a la cumbre del G-7 en Alberta, que empieza este domingo. Se llegó a dudar de su presencia, tras la tensión diplomática acumulada entre ambos países bajo Justin Trudeau, por la tolerancia canadiense hacia la minoría de sijs que defiende la lucha armada y la larga mano de India para anularlos. Ni siquiera Tata ha sido inmune a las bombas. Su emblemático hotel Taj Mahal de Bombay sufrió un asalto terrorista, durante tres días de 2008.
Por último, cabe decir que la antigua aerolínea de bandera, Air India, llevaba en realidad muchos años siendo evitada por los indios, por poco que hubiera una alternativa. La seguridad, en cualquier caso, no era el motivo de su declive. Su último accidente mortal, en 2020, con 21 fallecidos, en realidad correspondió a su filial de bajo coste, Air India Express (especializada en trasladar trabajadores a la península arábiga). Durante las repatriaciones de la covid, uno de sus aviones, procedente de Dubái, se salió de la pista en el reducido altiplano que alberga al aeropuerto de Calicut. Mucho peor fue otro accidente de Air India Express, en 2010, en Mangalore, que dejó 158 muertos y solo 8 supervivientes.
En el todavía más mortífero “incidente” que hoy nos ocupa, según palabras del presidente ejecutivo de Air India, Campbell Wilson, “las investigaciones llevarán tiempo”.